Cuando uno conoce una ciudad, se enamora locamente y se siente como en casa, se hace una pregunta, ¿Por qué, si no tiene nada de especial? Pues la respuesta es bien fácil, porque lo tiene todo, porque tiene alma… y eso es lo que me sucede con Miami.
Miami tiene lo mejor de los Estados Unidos y lo mejor de Latinoamérica juntos en un mismo punto geográfico, una ciudad que empieza a florecer después del gran éxodo de cubanos que huyen de la revolución en la década de los 50.Mi experiencia con Miami es peculiar, la primera vez que fui, en un viaje familiar, no encontré un encanto excesivo, me pareció un “Benidorm” más, pero algo en mi interior me llamaba para conocer más y mejor aquella ciudad.
En Miami me gusta siempre empezar por el Downtown. Un enorme conjunto de grandes edificios, frente a la bahía, que generan un increíble skyline donde pasear por la mañana. Es algo parecido a pasear por Wall Street o por cualquier zona financiera americana con ejecutivos ajetreados, Starbucks repletos de hombres y mujeres de negocios con teléfono, portátil y un enorme café en vaso de cartón.
De allí suelo pasar a Coral Gables, barrio que personalmente me encanta, salido de aquel sueño americano de ambiente colonial. Maravilloso se hace pasear por Miracle Way, la calle principal, nos transporta a un ambiente familiar. Mujeres con grandes pamelas, hombres con camisas de hilo, niños maravillosamente vestidos en los mismos tonos y colores que sus papás, exquisitas terrazas con la mejor pastelería francesa y un sinfín de tiendas de ropa, mayormente de fiesta y boda.
Es un paseo indispensable para conocer la Miami más “americana”, clásica y elitista. Para ir al centro es indispensable pasar por Little Havana, la calle ocho, su avenida principal que está a escasos cinco minutos en coche de Miracle Way. Entrar allí es inmiscuirse en la Cuba más auténtica.
Aúna lo mejor de
USA y Latinoamérica
De todos modos, para mí, nada como Miami Beach y en concreto South Beach. Histórica y comercialmente muy interesante, pasear por el barrio Art Decò es disfrutar de una auténtica joya arquitectónica que alberga algunos de los museos más importantes de la ciudad.
En Miami Beach, hay uno de los lugares más desconocidos y que me han impresionado en mi vida, comparables con el Taj Mahal o la Gran Muralla de China. El monumento al Holocausto Judío es una impresionante composición arquitectónica, escultórica y sensorial, compuesta por un lago, un pequeño laberinto y una inmensa mano con cuerpos calcinados.
Ciudad de mezclas, con diferentes ambientes, su clima, su “ángel” hacen que solo sueñe en ir de vacaciones para descansar a Miami. Si quieres disfrutar del sur de la Florida, ¡te llevo feliz!